El mundo de los cafés es tremendamente rico en matices, sabores, olores, etc. Variedades, maduraciones, tuestes, formas de prepararlo, etc. hacen que el abanico sea realmente amplio. Y si además combinamos los cafés con el mundo de las especias, entonces ya las combinaciones son infinitas.
Tómate tu tiempo
Desde 1001especias queremos animarte a que disfrutes del café. No te lo tomes (solo) como una droga necesaria para encarar cada duro día, de penalty, ya con la puerta abierta y el portátil colgando del hombro.
Reserva al menos cinco o diez minutos (pon el reloj, verás que cinco minutos concentrados en saborear el café pueden dar mucho de sí). No lo marees demasiado con la cucharilla, deja que el azúcar se vaya mezclando con el café de manera desigual. Respira hondo dos, tres, cuatro veces entre sorbo y sorbo, y concéntrate en ver las diferencias de matices entre cada sorbo. Del primero al último, ninguno es igual. El primer trago igual te parecerá más amargo, más de café, ya que la boca está virgen y el café la va inundando de aroma. Y hacia el final, se concentran más los sabores, y también algunos restos de azúcar poco disueltos, reservando un último trago intenso y dulce. Concéntrate en retener y recordar ese sabor todo lo que puedas, ya pensarás luego en esa maldita reunión que te espera.
Un café diferente cada día
LUNES
Si eres de los que mueles el café en casa, una práctica muy recomendable pero para la que muchas veces consideramos que no tenemos tiempo, prueba a añadir junto con los granos de café el relleno de una vaina de cardamomo a la hora de molerlo. También los puedes añadir en la propia cafetera, mejor si es italianna, junto con el café.
MARTES
Nuez moscada o clavo. Otras dos especias muy amigas del café que sin duda te sorprenderán. Busca la cantidad ideal a tu paladar -el sabor del clavo por ejemplo es muy pronunciado-, de manera que el sabor de la especia se insinue más que notarse, destacando en eso que los enologos llaman el retrogusto, que no es otra cosa sino ese sabor que permanece en nuestras fosas nasales al expulsar el aire por la nariz tras dar un sorbo.
MIÉRCOLES
Vainilla, hoy es el día de la vainilla. Además de permitirte reducir la cantidad de azucar, convertirá el cafe en toda una golosina. Por supuesto, con prudencia, tampoco queremos alterar completamente el sabor del café, solo dotarlo de matices.
JUEVES
Cacao rallado o molido. Remata tu café con una cucharadita de cacao rallado o molido. Un resto de cobertura de chocolate, o un trocito de algún chocolate bueno que tengas por casa. Evita los colacaos y compañía, que ni mucho menos es lo mismo.
VIERNES
Por supuesto, prueba a combinar las especias anteriores en diferentes cafés. Y a buscar nuevas recetas acudiendo a la gastronomía internacional. En Asia es mucho más frecuente que en Europa acompañar y mezclar el café con diferentes especias. Todo un mundo nuevo de sabores te espera.Bueno, pues ya hemos llegado al viernes. Seguro que el levantarse esta mañana no ha sido tan duro, simplemente pensando en qué café toca hoy. Hoy prepara el café de otra forma, prueba a hacerlo como nuestras abuelas, cociendo despacio el café en un cazo, añadele una ramita de canela y endúlzalo con azucar moreno si sueles usar blanco. Y si usas una de esas asquerosas pastillitas endulzantes, pues date un capricho, que ¡ya es viernes!.
Sorprende a tu pareja
Si además tienes la suerte de preparar y compartir el café para otra persona, por supuesto no le digas nada de tus experimentos, deja que los descubra por si mismo -si no está demasiado dormida/o- esos nuevos matices. Unos le gustarán, otros no, pero seguro que no le dejan indiferente.
En cualquier caso, evita que ese café mañanero que tanto nos ayuda a arrancar, siga siendo algo monótono y aburrido.